Niveles Alarmantes de Glifosato en Alimentos Comunes

noviembre 17, 2016

A finales del siglo XIX, las bastas cosechas de papa en Irlanda se vieron infectadas por un hongo que causó que un millón de personas murieran y otros dos millones salieron del país.

Estas catástrofes ahora las evitamos gracias al uso de pesticidas. Una variedad de productos químicos naturales y sintéticos tratan a los insectos, bacterias, hongos y hierba mala que amenazan la seguridad alimenticia global. Las innovaciones en la producción agrícola, han solucionado la alta demanda de alimento a bajo costo de la población en crecimiento de las últimas décadas. Pero hemos visto recientemente cómo es que este sistema de alimentación también puede poner en riesgo la salud.

Al año se aplican aproximadamente 2,268 millones de kg de pesticidas y herbicidas en el planeta. En todo el mundo se tratan 178 millones de hectáreas de cosechas y granjas de cultivo con el herbicida Roundup de Monsanto, el cual contiene un ingrediente activo denominado glifosato, presente ya en varios productos de consumo, en el ambiente y hasta en nuestro organismo.

food-beneatht-he-surface-003Fuente: Food Democracy Now!

Los primeros estudios científicos independientes sobre productos registrados por la Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés), revelaron prácticas inadecuadas en las regulaciones de seguridad. Evidencia científica ha demostrado que bajos niveles de este ingrediente activo (el glifosato), pueden causar daños en nuestra salud. Tan sólo 0.1 partes por mil millones (ppb) son suficientes para hacer daño. Productos comunes como los Cheerios, Corn Flakes, Doritos y las galletas Oreo, demostraron contener entre 289.5 ppb y 1,225.3 ppb. Investigadores del Servicio Geológico Estadounidense encontraron un 60-100% de glifosato en muestras de agua de lluvia de los estados de Iowa, Mississippi e Indiana.

Resultados de las Pruebas de Contenido de Glifosato en los Alimentos
(in parts per billion – ppb) (E.U.A.)

food-beneatht-he-surface-001*Estas muestras exhiben una respuesta muy baja. Las cantidades encontradas son estimaciones aproximadas y pueden no ser una representación fidedigna del producto.
Fuente: Food Democracy Now!

La exposición a largo plazo del glifosato, inclusive en pequeñas cantidades, puede causar daños en el hígado y riñones de humanos y animales. Estudios adicionales demostraron que niveles de 700 ppb de este herbicida han dañado el hígado y riñones de los roedores estudiados. El agua potable en Estados Unidos tiene un nivel aceptado de 700 ppb. En marzo de 2015, la Organización Mundial de la Salud declaró que el glifosato puede ser cancerígeno en los humanos. Este ingrediente también actúa como un disruptor endócrino, potencialmente dañino para la capacidad reproductiva, además afecta el suelo y la tierra, nulificando los nutrientes de la misma y propiciando la infertilidad y degradación de la tierra y el suelo.

food-beneatht-he-surface-005Fuente: Food Democracy Now!

Cada año debe rociarse más y más este producto en los cultivos debido a la resistencia desarrollada. Recordemos que el DDT, un herbicida muy popular en las décadas pasadas, dejó de ser efectivo debido a su uso tan frecuente, siendo así vetado en 1972 dentro de Estados Unidos por causar problemas ambientales y de salud a largo plazo. Todavía podemos encontrar residuos de este químico en varias regiones agrícolas del planeta. Se afirma que el glifosato podrá seguir por ese mismo camino.

La necesidad de nuevas soluciones es imperante en estos tiempos. Cada gran descubrimiento sintético conlleva una gran resistencia en las plagas. Esta es heredada a las siguientes generaciones de las plagas, creando súper plagas, como el escarabajo de papa en Colorado, que ha generado resistencia en 50 especies distintas. A pesar de que los herbicicidas han mejorado con el tiempo y están regulados por agencias medioambientales, aún dañan y contaminan el suelo, el agua, la biodiversidad y amenazan la salud pública.

Es por esto que la industria agrícola moderna debe tener un balance entre la demanda de producción y los riesgos a la salud. La naturaleza es la mejor solución, ya que ofrece productos alternativos a base de plantas que tienen la misma función que los sintéticos, pero sin causar daño alguno. Optemos por soluciones que sean amigables con el ambiente, que no afecten la salud del organismo e innovadoras en la tecnología que nos lleve a la Nueva Revolución Verde.

El Neem es una excelente solución.