La industria alimentaria ha sustentado con eficiencia y a un precio relativamente bajo a la mayoria de la población mundial, más que en ningún otro momento en la historia de la humanidad. El problema es que dicha industria impacta directamente a la salud y al ecosistema: agua contaminada con fertilizantes se filtra por todo el planeta, la carne que comemos contiene hormonas perjudiciales para la salud, altos grados de desnutrición persisten en los países en desarrollo, en los países desarrollados aumenta la obesidad y millones de alimentos se desperdician innecesariamente cada año. Al ser una de las causantes de los graves índices de deforestación, la gran emisión de gases de efecto invernadero y partícipe en parte de la sexta extinción masiva, la industria agrícola debe encontrarse al borde de un gran cambio.
Similar a los medios de comunicación en la última década, la producción de alimentos hoy en día se mantiene en manos de pocas empresas poderosas. Esto es preocupante, ya que aquellos que dominan el suministro global de alimentos, controlan a su vez, la vida y seguridad de 7,000 millones de personas hoy en día y la de 10,000 millones para 2050. Estas empresas operan un sistema industrial altamente centralizado, que produce comida barata y muy básica, y que al mismo tiempo aumenta la contaminación, daña la salud mundial y crea una desconexión no sustentable entre consumidor y productor.
Así como la innovación evolucionó los medios de comunicación, la producción energética y hasta los gobiernos a través de la descentralización, existen oportunidades similares en la industria alimenticia y en la producción de alimentos. El modelo industrial de la agricultura ya no es sostenible. Sus procesos degradan la tierra, volviéndola infértil y cada vez menos rentable para los agricultores.
La agricultura es un negocio atractivo y nos da acceso a la necesidad básica del sustento. Generó aproximadamente $374,000 millones de dólares en 2011. Para poner la cifra en perspectiva, la publicidad de búsquedas pagadas (la fuente de ingresos más dominante de Google), se espera que genere $85,000 millones para 2019. Las inversiones para financiar proyectos emprendedores agrícolas, están más altas que nunca (recaudaron 350 millones de dólares el año pasado). La razón es simple: la innovación en la agricultura sustentable espera una incremento en la producción de cultivos de $20,000 millones de dólares al año. Este incremento en las inversiones refleja cuánto de la tecnología e innovación en la industria agrícola está dejando atrás el sistema arcaico no sustentable.
A nivel de producción, la innovación se encuentra en los procesos de baja energía y prácticas naturales, con las que se pueden analizar datos como la salud de las plantas, cultivos, requerimientos de agua y nutrientes y así como los tipos de plaga a combatir. Los fertilizantes y pesticidas naturales ya compiten con sus contrapartes químicas, mientras que los combustibles fósiles y sintéticos están a la alza en el precio.
A nivel del consumidor, el cambio se reflejará en la exigencia de su parte por la búsqueda de cultivos más limpios. La tendencia de los consumidores de invertir su dinero en una dieta más saludable, exige mejores prácticas, por lo que el modelo de agricultura industrial se verá en dificultades con el aumento de nuevos mercados de productos más frescos aunque un poco más caros.
Ortanic Trade Asociation (2015)
Por último, la respuesta a la innovación en el sector alimenticio se basará en los escenarios positivos en los que todos ganan: el productor, el consumidor y el medio ambiente. La industria alimenticia tiene un papel central para la ecología, la economía y la sociedad. Los problemas son complejos no están aislados. No se puede separar al productor del consumidor, por lo que la agricultura sustentable es el principio del progreso de la cadena alimenticia.