Entender Nuestra Exposición a los Químicos Sintéticos

agosto 16, 2017

“Si no cambiamos la forma en la que vivimos con el medio ambiente y con los productos químicos a los que estamos expuestos, estoy realmente preocupado por lo que sucederá en el futuro … Eventualmente, podríamos tener un problema con nuestra reproducción y enfrentar la extinción de la especie humana “.

 – Hagai Levin, Investigador de Salud Pública en la Universidad Hebrea de Jerusalén. –

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El número de espermatozoides en los hombres de todo el mundo se ha reducido a más de la mitad en los últimos 40 años, de acuerdo con los resultados de casi 200 investigaciones científicas sobre fertilidad masculina en América del Norte, Europa, Australia y Nueva Zelanda. Al rededor de 42,000 hombres en 50 países vieron disminuir su conteo de espermatozoides en un 59.3% entre 1973 y 2011, disminuyendo en un promedio un 1.4% cada año. Esta es una clara muestra de que la infertilidad masculina en todo el mundo está aumentando a un ritmo alarmante. Si bien la civilización no está al borde del colapso debido al declive sin precedentes de la fertilidad masculina, tenemos muy poco conocimiento sobre la causa y sus verdaderas consecuencias.

Lo que sí sabemos es que 10 millones de compuestos químicos nuevos se liberan cada año y la gran mayoría de estos nunca son sometidos a pruebas exhaustivas antes de su liberación comercial. Esto significa que casi todos los aspectos de la vida moderna, desde los teléfonos móviles, el tabaquismo, la dieta y el estilo de vida, podrían ser responsables de esta disminución en la fertilidad masculina. Los químicos antiadherentes, como el ácido perfluoroalquilo (común en ollas, sartenes, entre otros utencilios de cocina), son conocidos por causar infertilidad. Se puede decir lo mismo del bisfenol A (BPA), un químico sintético encontrado en alimentos enlatados, plásticos y recipientes, que suelen terminar en el agua potable.

A pesar del aumento exponencial en la fabricación y liberación de productos químicos sintéticos para su uso en agricultura, salud y producción de energía, hay poco o ningún conocimiento sobre sus impactos ecológicos. El hecho, es que los productos químicos sintéticos, que van desde los plaguicidas sintéticos hasta los productos farmacéuticos y químicos industriales, dejan residuos tóxicos a largo plazo, mismos que se propagan a través de los ecosistemas y el medio ambiente.

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Fuente: Instituto Cary de Estudios sobre el Ecosistema  (2017)

El aumento de los químicos sintéticos se está volviendo un agente de cambio global muy importante, ya que está superando el aumento de la concentración atmosférica de CO2 de los últimos 45 años. A pesar de esto, menos del 2% de las investigaciones científicas se centran en estos productos, lo que genera una desconexión significativa entre las necesidades del mundo real y el enfoque científico. Esta falta de conocimiento sobre cómo los productos químicos sintéticos alteran los procesos ecológicos, representa un punto ciego crítico en el campo de la ecología global que se desarrolla aceleradamente.

Esto es relevante para los plaguicidas sintéticos, cuyo uso se está nivelando en regiones del mundo donde la regulación está aumentando, pero sigue disparándose en gran parte del mundo en desarrollo. El glifosato, la atrazina, el DDT y el carbofurano, son algunos de los muchos plaguicidas sintéticos que se producen en cantidades industriales y que inevitablemente terminan en los océanos, vías fluviales, suelos y cadenas alimentarias del mundo. Lo que es peor, es que muchos de estos químicos sintéticos están causando grandes estragos en la salud mundial e impactos catastróficos sobre el medio ambiente. Se estima que 250,000 personas mueren cada año por intoxicación aguda (sintética) por plaguicidas y otros 40 millones experimentan problemas graves de salud como resultado directo de la exposición. Los plaguicidas sintéticos también juegan un papel primordial en la disminución de la fertilidad masculina. Se ha descubierto que estos venenos dañan el sistema reproductivo masculino de múltiples formas. Causando la toxicidad reproductiva, los plaguicidas sintéticos pueden cambiar la estructura del ADN y alterar los neurotransmisores asociados con la excitación. Actuando como hormonas en el sistema endocrino, también pueden disminuir significativamente la concentración de testosterona.

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Fuente: Instituto Cary de Estudios sobre el Ecosistema  (2017)

Hemos vivido en una sociedad, en la que por mucho tiempo, los químicos sinéticos han sido fundamentales para el desarrollo humano. Es ahora, cuando nos damos cuenta de la escasa información disponible para evaluar el verdadero impacto ambiental de la gran cantidad de productos químicos y plaguicidas sintéticos que se utilizan en todo el mundo. Muchos argumentan que la solución es acelerar la investigación sobre el impacto químico sintético mediante la movilización de grandes esfuerzos, para evaluar los efectos a largo plazo causados por la contaminación química. Esta búsqueda de conocimiento debe ser sólo el primer paso, uno que está teniendo un excelente avance con la creciente regulación y la popularidad sin precedentes de productos orgánicos y libres de residuos. Los consumidores ahora exigen una mayor transparencia y con los peligros de los sintéticos conocidos y comprendidos, los recursos naturales como el Nim se convierten en una necesidad habitual.

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