El Ascenso del Cuidado Biológico de Cultivos

mayo 3, 2016

Se ha encontrado que los agroquímicos sintéticos, responsables por impulsar las producciones agrícolas y por salvar de la hambruna a más de mil millones de personas en el Siglo XX, son causantes de daños a largo plazo en nuestra salud y al sistema mundial de alimentos. En vez de sintetizar nuevos químicos para la protección de cultivos, las instituciones agrícolas del mundo están adoptando una nueva estrategia: observar a la naturaleza como inspiración.

¿Dónde se pueden encontrar en la naturaleza? Casi en cualquier lugar: desde los extractos vegetales, en los microbios de la tierra, hasta en el veneno de las arañas; el medio ambiente nos ha provisto de un gran número de alternativas para la protección y el manejo de los cultivos. De hecho, la raza humana ha usado métodos orgánicos para la protección de cultivos desde los principios de la agricultura. Incluso se ha argumentado que a largo plazo los métodos de cultivo tradicionales son superiores a sus contrapartes sintéticas, ya que finalmente evitan algunos de los efectos secundarios más severos, como el agotamiento de nutrientes y la erosión de la tierra. Hoy, un estimado de 9 millones de hectáreas de tierra arable se degradan cada año, en parte, por el extensivo uso de químicos sintéticos para el cuidados de cultivos en la agricultura. Mientras el crecimiento de la producción agrícola se está estancando y las tierras arables están desapareciendo, necesitaremos estas alternativas para apoyar las necesidades alimenticias de nuestra población en crecimiento.

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Ya sean utilizados como pesticidas o para estimular el crecimiento, los productos cuidadosamente diseñados y de procedencia natural, se están convirtiendo en los nuevos héroes agrícolas, atrayendo tanto a empresas emergentes como a grandes líderes, como Monsanto, Bayer y DuPont por miles de millones de dólares. La industria se ha enfocado en encontrar bioquímicos saludables para la agricultura, aunque no es un objetivo fácil de alcanzar ya que se tienen que aislar 1, 2 ó hasta 10 de los miles de millones de microbios que viven en un puñado de tierra o en la hoja de un árbol. En colaboración con Novozymes, Monsanto está probando 2,000 bacterias aisladas de la tierra alrededor del mundo en un intento por suministrar un pesticida y un fertilizante derivado de la naturaleza. Empresas más pequeñas como Bio Consortia, NewLeaf Symbiotics e Indigo Agriculture se unieron a la casería.

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Hay, incluso, un incentivo financiero para los cultivos orgánicos, mientras que el cuidado de estos ya representa un mercado de $8.5 mil millones. Considerando que el mercado global de agroquímicos se valuó en $207.5 mil millones en 2015, hay un espacio significativo para el crecimiento de las alternativas sustentables.

A pesar del entusiasmo por los biológicos, detectar estos microbios es semejante a gastar miles de millones de dólares para encontrar una aguja en un pajar. El primer desafío a superar es la disparidad de conocimiento básico en el mundo. Esto se puede lograr mediante el aislamiento de compuestos biológicamente activos que ya demuestran eficacia en la protección de cultivos. La azadiractina es un compuesto vegetal conocido por sus propiedades insecticidas eficaces contra 500 especies de insectos, es enteramente biodegradable y no tóxico. Instituciones como la Agencia de Protección Medio Ambiental, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos y la Unión Europea han aprobado el compuesto para uso agrícola.

El mundo natural está lleno de soluciones a los principales temas que enfrenta la agricultura hoy en día. Las alternativas naturales para la protección de cultivos se están volviendo convencionales, mientras se hacen, cada vez más populares para los consumidores, altamente rentables para los productores y ampliamente benéficos para nuestra salud y el medio ambiente. Con estos productos acercándose rápidamente a la masa crítica, estamos alcanzando una nueva frontera para la protección y el manejo de cultivos.