Un rayo de luz resplandece en fuerte contraste con la recesión y la turbulenta conmoción política experimentada en Brasil durante el año. Apaciguando los retos del desafuero político y una devaluación monetaria, la agricultura viene una vez más al rescate. La industria permanece como uno de los más grandes éxitos alcanzados en la segunda mitad del siglo pasado en Brasil y como en ninguna otra nación, los gobiernos de países desarrollados han evitado interferir. Además de ser un potente vehículo económico a través de las exportaciones, cultivos y producción de ganado, también satisface las necesidades de alimentación y empleo para muchos de sus habitantes. Brasil está enfocando su estrategia sobre esta industria, “la consentida” de la economía por generaciones, para impulsarla más allá.
Con más agua fresca que cualquier otro lugar del mundo, y la más alta cantidad de tierras agrícolas disponibles (300 millones de hectáreas), Brasil ya es uno de los productores más destacados de múltiples cultivos y productos alimenticios a nivel mundial. La industria representa el 5.6% del producto interno bruto de Brasil ($2.24 billones), adquiriendo $86 mil millones en exportaciones (36% del total) y utilizando un impresionante 15% de la fuerza laboral del país. Su agroeconomía alcanzó un total de $476 mil millones el año pasado (valor que se ha duplicado tan sólo en la última década). Actualmente es el cuarto poder agrícola del mundo, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) prevé que el país será el líder a nivel mundial para el 2020.
Índice de Producción de Cultivos sobre el PIB
Fuente: Statistical Pocketbook: World food and agriculture 2015, FAO
La devaluación de la moneda brasileña (un 30% con respecto al dólar), impulsó las exportaciones del país y compensó la caída de los precios en las materias primas y los productos básicos. Esto ayudó a Brazil a generar sólidas reservas de monedas internacionales y a reducir su déficit de cuentas corrientes. Desde entonces, el Real Brasileño ha ganado terreno frente al dólar por casi un 13% desde febrero. Pero con el afán de apoyar las exportaciones, el banco central nacional mantendrá, por ahora, el fortalecimiento del real limitado a no más de 3 reales por dólar. Esto beneficia a los agricultures brasileños ya que sus productos son más competitivos que los de sus competidores en Estados Unidos y Europa.
Países Líderes en Exportación de Alimentos.
Fuente: Statistical Pocketbook: World food and agriculture 2015, FAO
La agricultura ofrece el ejemplo de un sector brasileño que es competitivo a nivel mundial. Mientras que la industria manufacturera está protegida por impuestos y aranceles, el gobierno de Brasil tomó la estrategia contraria en la agricultura. Desde el inicio de los noventas, redujo significativamente los subsidios y eliminó los impuestos de exportación mientras se incrementa la inversion en investigación agrícola. EMBRAPA, el instituto de investigación de agricultura fundado en 1973, es reconocido por domar el clima hostil de la región de Cerrado en el centro de del país a través de la introducción de semillas genéticamente modificadas y por enriquecer la tierra. Esto transformó la árida región en una fértil hasta transformarse en una de las regiones más productivas de Brasil. Los agricultores respondieron con una rápida expansión del area cultivada y un fuerte impulso que los convirtió en unos de los productores más eficientes y productivos que el mundo puede ofrecer.
Esta no es la primera vez que los agricultores de Brasil han mantenido el motor de la economía en tiempos difíciles. La agricultura sigue siendo la mejor opción para la resiliencia socioeconómica del país, para así, fortalecer las oportunidades y retornos para las inversiones internacionales a largo plazo. En tiempos de cambios, transformaciones de gobiernos y prioridades, de nuevas técnicas y tecnologías, de grandes descubrimientos y desafíos impensables, el retorno a unas inversiones básicas y tangibles orientadas al largo plazo, como agricultura sustentable y productiva, son el camino más óptimo para un crecimiento real.