En una investigación de campo en Sudán en 1952, Heinrich Schmutterer estudiaba los hábitos de alimentación de la langosta del desierto (peste) y observó una gran colección de árboles de Nim que quedaron curiosamente inalterados. Más de medio siglo después, químicos de la Universidad de Cambridge sintetizaron con éxito el compuesto responsable de la protección dominante de los cultivos: la azadiractina. La Agencia de Protección Ambiental, el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos y la Unión Europea, han respaldado este extraordinario compuesto para uso agrícola debido sus fuertes propiedades insecticidas contra 500 especies de insectos.
La azadiractina interrumpe el ciclo de crecimiento de los insectos y los disuade de que se alimenten de las plantas, además es biodegradable y no tóxica para los mamíferos. Es una sustancia química de origen natural con una estructura similar a la hormona de insectos ‘ecdisonas’ y pertenece a una clase de molécula orgánica llamada tetranortriterpeno. Las edicsonas controlan la metamorfosis en los insectos y se interrumpen cuando son expuestas a la azadiractina (ingrediente activo del Nim). Al afectar el equilibrio hormonal de los insectos, esta sustancia reduce su tasa de reproducción e inhibe sus conductas normales de alimentación. Dado que los productos a base de Nim deben ser ingeridos para tener efecto, sólo aquellos que se alimentan de los tejidos vegetales están expuestos al mismo, eliminando así cualquier riesgo hacia los polinizadores y otros.
Comparativo de Pesticidas
Fuente: Primordiales (2015)
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Todos los supuestos principales provienen de la Guía de Producto Atrazina, Guía del Producto Monsanto, Guía del Producto Metam Sodio, Trilogía de Guía del Producto, Guía del Producto Neemix, Ultra Bio-Logics Inc., Deloitte y Haciendas Arborícolas de Nim. El costo anual total por hectárea puede variar debido a variables como plaga objetivo, cultivo y el método de aplicación. Cualquier mención de los productos específicos no debe interpretarse como patrocinios, sino como una ilustración de la viabilidad y la variedad de pesticidas a base de Nim que se encuentran actualmente en el mercado.
La extracción de azadiractina del Nim es un proceso crucial para garantizar la más alta calidad del bio-insecticida. El aceite de Azadirachta Indica (Nim) y azadiractina se pueden adquirir a través de la dilución del solvente, extracción acuosa o prensado en frío. Estos métodos de extracción producen varias calidades de aceite, y tienen un precio acorde con el mismo. La concentración de azadiractina de las semillas de Nim va desde 0,1%-0,9%, y con 30gr.-60gr. del compuesto necesario para combatir las plagas clave por hectárea y puede llegar a costar hasta USD$60 por hectárea. Los pesticidas convencionales pueden valer casi el doble del precio, hasta unos USD$108 por hectárea. La extracción con solvente, el método más caro, produce el tipo más puro de azadiractina mediante la separación de todos los demás compuestos químicos encontrados en el Nim. La extracción acuosa, a pesar de obtener la concentración más débil es la opción más barata y se utiliza a menudo en las regiones del mundo en desarrollo donde los recursos son escasos.
Las semillas de Nim que han sido usadas en el proceso de extracción de aceite no se desperdician. El residuo, conocido como ‘torta’, contiene nutrientes vitales necesarios para el desarrollo de la planta. Una vez que vuelve a la tierra, la torta nutre las plantas y los cultivos, mejorando el contenido orgánico del suelo y al mismo tiempo protegiendo las raíces de las plantas contra las plagas, enfermedades y nemátodos, además fortalece la textura del suelo y aumenta la retención de agua. Llena de valor nutricional, la torta de Nim tiene más nitrógeno, fósforo, potasio, calcio y magnesio que el estiércol ordinario. Se utiliza para fertilizar el arroz, el algodón y la caña de azúcar, mientras que también protege una variedad de otros cultivos, incluyendo los árboles de coco.
La nano-biotecnología es la última frontera para los insecticidas botánicos como la azadiractina, ya que ofrece la capacidad de proporcionar una liberación controlada del compuesto químico en el punto de acción. También puede ayudar a minimizar los efectos tóxicos no deseados en los organismos que no son el objetivo, así como a mejorar la estabilidad de sus propiedades físicas y químicas, al mismo tiempo que evita la degradación del agente activo mediante microorganismos.
Las razones de la amplia investigación de la azadiractina en los últimos decenios son simples: crecimiento, demanda y necesidad. Se prevé que el mercado mundial de extracto de Nim (valorado en $653 millones en el 2014) llegará a $ 1,800 millones en 2022, a una tasa anual compuesta de 16.3%. El aumento de la población que requiere más alimentos, las cosechas de los cultivos en riesgo de declive y la rápida resistencia en el desarrollo a los plaguicidas convencionales, requerirán métodos ambientalmente sustentables para el desarrollo agrícola en el futuro. La creciente preocupación de las autoridades reguladoras de los fertilizantes a base de químicos, también ayudará a convencer a los agricultores y a los consumidores a optar por prácticas más seguras. No hay duda, el futuro de la agricultura es orgánico.